¿Eres consciente de las implicaciones que conlleva tener tu nombre? Dice Jodorowsky que el nombre es el primer contrato con el que cargamos… y ni siquiera lo hemos firmado nosotros, sino que ha sido simplemente la elección de nuestros padres. Con el nombre recibimos una “identidad”, con lo que nuestra libertad se ve condicionada.
Imagina lo terrible de aquellas personas a las que se les ha puesto el nombre de un hermano muerto… Esto se daba especialmente en las generaciones de nuestros abuelos, donde la tasa de mortalidad infantil era más alta. Al heredar el nombre de un hermano muerto, estaremos siempre a su sombra y tendremos más problemas para desarrollar nuestra propia identidad.
Igualmente si nos endosan el nombre de un familiar ya fallecido, el de una antigua pareja de nuestros padres, o el de nuestros propios padres… Esto es muy común, pero ¿es justo que nos condenen a ser ellos? ¿A repetir sus propios deseos, anhelos, temores…? Hay una proyección muy fuerte al nombrar al hijo con el nombre de sus progenitores y en muchos casos puede traer consecuencias negativas y crisis de identidad. (Más si no te queda otra que verte apodado “Junior” o condenarte al uso eterno del diminutivo).
De hecho, muchas personas que tienen un nombre compuesto, comienzan a usar el segundo nombre en determinados momentos de su existencia, porque el primero lleva más carga. Si estás esperando un bebé y tratando de decidir qué nombre le vas a poner, es bueno que medites sobre el tema y pidas guía. Si no “te llega” ningún nombre, es mejor que aplaces la elección. Todos tenemos un nombre espiritual incluso antes de ser concebidos y este nombre podría venirnos en sueños, o durante ejercicios de meditación. En cualquier caso se deben evitar los nombres de los antecesores para no condicionar al bebé.
Lo más importante es que tomemos consciencia, que investiguemos el significado de nuestro nombre (o del nombre que queremos poner a un nuevo integrante en la familia), que nos enfoquemos en las características positivas de él , que busquemos personajes históricos que nos sirvan como arquetipos y que las integremos a nosotros. Es una parte super importante par conocernos a nosotros mismos. Además de que podemos romper con la carga negativa heredada por nuestro clan y trascenderla.
Hay mucha carga implícita en los nombres. Incluso en aquellos de las personas con las que nos cruzamos, los lugares en los que estudiamos o trabajamos, la calle en la que vivimos…
Nada es casual.
Con información de: https://goo.gl/nLarZG
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