Antes de que haya transformación y renacimiento, lo que ocurre es un cierre, una muerte, una despedida a un ciclo.

Después de un cierre de ciclo, hay una nueva etapa, un inicio.

Viene la parte de no sólo existir, sino vivir de desarrollar los otros sentidos, y a partir de ellos crear nuestro mundo.

Después de empezar a crear, empezamos a notar que tenemos un poder personal único e individual.

Ya que hemos pasado por un cierre, ahora nos sentimos más capaces y suficientes.

En este punto podemos volvernos seres contemplativos, podemos sentir con plenitud los instantes que vivimos.

Encuerpamos la energía de la transmutación, la capacidad de transformar lo que queramos desde la plena consciencia de quienes somos.

Ya que nos asumimos como seres mágic@s empezamosa conectar con el amor incondicional.

El blanco será la nada. Es la energía de lo divino, puro, espiritual.

El dorado será “todo”. Es la energía del espíritu y de la tierra.